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jueves, 12 de julio de 2012

La Orfebrería y Joyería Egipcia y su mitología I

Hola a tod@s,

Hoy nos gustaría presentaros una colección de joyas maravillosas creadas gracias a la inspiración nacida de la magnificencia de los Faraones del Antiguo Egipto.

Ninguna otra civilización como la de los Faraones ha fascinado tanto a todas las demás culturas a través de los siglos, no solo por su arquitectura o esculturas sino también por su Orfebrería y Joyería.

Egipto era célebre por su riqueza en Oro. Ya en la antigüedad se loaba su gran talento a la hora de realizar Joyas y otras piezas de Orfebrería para los Faraones.
En el Antiguo Egipto, el Oro se consideraba el alimento de los Dioses, un metal tan brillante como el Sol y que perduraba a través de los siglos, por fuerza tenía que representar a las Divinidades.
El Oro, gracias a su perdurabilidad, transmitía a los hombres su poder de Supervivencia y Eternidad. La Orfebrería Egipcia era muy preciada por su poder de protección sobre las fuerzas del mal, así pues los Egipcios se protegían llevando amuletos y colgantes que representaban divinidades y que, a pesar de complementos con piedras preciosas o esmaltes, siempre estaban realizados en Oro.
El Arte de la Orfebrería Egipcia era de una enorme calidad tanto en collares, diademas, ornamentos para pelucas, pendientes... incluso para muebles. Tan importante era este arte que incluso decoraban y cubrían los objetos de culto y las armas.

Una de las Diosas más veneradas en el Antiguo Egipto fue Isis, conocida como "aquella a quien el destino obedece". La Diosa más emblemática del Antiguo Egipto no fue por casualidad, sino que fue fruto de una vida ejemplar como esposa y madre, y quien hizo gala de su gran astucia, por lo que se la conoció como la "dueña de la vida".
Isis era hija de Gueb (la tierra) y Nut (el cielo), unos padres con un Amor tan grande y una unión tan fuerte que entre ellos no había cabida para nada más, ni el sol, ni el aire..., eso enfureció a los Dioses, tanto a Ra como a su hijo Shu quienes intentaron separarles aún a sabiendas de los terremotos que esto provocaría en la tierra. Nut en esos momentos llevaba a 5 hijos en su vientre y Ra también ordenó que ninguno de ellos naciera durante los 12 meses del año solar, pero gracias al astuto Dios Thot, quien retó a la Luna a un juego para así ganar unos días suplementarios que se sumarían a los 12 meses, Nut pudo dar a luz a Isis.
La devoción a Isis fue universal en todo el mundo antiguo protagonizando también una de las historias de Amor más conmovedoras.
Cuando Isis y Osiris iniciaron su romance, su hermano Seth, consumido por los celos, cometió fratricidio y tras el asesinato, Seth arrojó el feretro de su hermano al rio Nilo. Isis, desesperada, fue en busca del cadáver de su amado, pero Seth ante la insistencia de Isis esparció a Osiris por todo el río. Aún y así, fue tanta la obstinación de Isis que no paró hasta reunir de nuevo a Osiris con la ayuda de Anubis y al volverse a unir a su esposo quedó fecundada, dando a luz al más célebre de los dioses: Horus.
Isis se describe como la madre de la naturaleza, señora de todos los elementos, origen y principio de los siglos, divinidad suprema, reina de las almas, cabeza de los habitantes del cielo y única entre los dioses.
También en el yacimiento de las pirámides de Gizeh tuvo un templo dedicado a ella, por lo que también es conocida como "Señora de las Pirámides". En Alejandría no fue menos, incluso se exportó su culto a tierras greco-romanas como la "Gran Maga" y sin duda el Cristianismo tomó de ella una parte del misterio de la Natividad. Isis fue también proclamada como protectora de la salud y gracias al amor que sentía por su hijo Horus, la proclamaron protectora de las madres y sus hijos.
Horus tiene una gran importancia tanto por su mitología como por su culto. Los Egipcios lo consideraban un Dios hecho Rey en la tierra y de quien descendían los Faraones. Su imagen más conocida es la de un hombre con cabeza de halcón. Todo Egipto rendía culto a Horus, por lo que su nombre puede variar un poco en función de la región, nacido de la admiración fruto de ese vuelo grandioso y magnífico del Halcón por el cielo que cubría con su gran envergadura  en una época de los tiempos dinásticos del Egipto faraónico cuando se extendía progresivamente una gran hegemonía y unidad.
Próximamente os contaremos alguna historia más que aparte de faraónica promete ser como todas ellas como mínimo apasionante.
Esperamos que estas historias de hoy os hayan encendido la curiosidad por este mundo tan ardiente como es el Antiguo Egipto.

Hasta pronto,

Garcia Cuevas Joier

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